ALBA
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(Del lat. albus, "blanco".)
Género de la poesía trovadoresca occitana que trata de la separación de los amantes a la llegada del alba, después de haber pasado la noche juntos. Ante la posibilidad de ser descubiertos por el marido celoso, son avisados por un guaita ("centinela"). Esta modalidad se caracteriza por sus trasgresiones de los principios básicos del género, que se remontan a la poesía latina, especialmente la de Ovidio (Amores, Elegía XIII). Su estructura estrófica es libre, aunque es frecuente el uso de un refrán en el que se repite la palabra alba. La galaico-portuguesa se inscribe en el ámbito de la cantiga de amigo o, en el caso de la de D. Dinis, en la de la cantiga de amor. En castellano, no se conservan muestras anteriores al siglo XV, aunque sí poemas en los que aparece la palabra alba o que presentan coincidencia temática. Tiene su precedente en la poesía helenística latina y su momento cumbre en la escena de Romeo y Julieta (III, 5) en la que al amanecer, Julieta trata de retener a Romeo junto a sí, intentando convencerlo de que es el ruiseñor el que canta, y no la alondra, mensajera de la mañana.
Ya llega por encima del océano, separándose de su anciano marido, la rubia diosa que trae el día en su carro cubierto de escarcha. ¿Adonde vas tan de prisa, Aurora?, quédate allí: así el ave apacigüe anualmente la sombra de Memnón con un solemne sacrificio. Ahora me es placentero yacer en los tiernos brazos de mi dueña, porque ahora más que nunca ella está bien arrimada a mi costado; ahora también es dulce el sueño y frío el aire, y el ave canta nítidamente con su delicada garganta. ¿Por qué, molesta para hombres y mujeres, van tan deprisa? Suelta de tu mano purpúrea las bridas cubiertas de rocío.
Amores, OVIDIO (Trad. Vicente Cristóbal López.)
Levad", amigo, que dormides as manhanas frias,
todalas aves do mundo dámor diziam.
Leda mi and"eu.
Levad", amigo, que dormide-las frias manhanas,
todalas aves do mundo d"amor cantavam.
Leda m"and"eu.
Todalasaves do mundo d"amor diziam,
do meu amor e do voss"em ment"aviam.
Leda m"and"eu. [...]
NUNO FERNANDES TORNEOL
Ya cantan los gallos,
amor mío, y vete:
cata que amanece.
Vete, alma mía,
más tiempo no esperes,
no descubra el día
los nuestros placeres.
Cata que los gallos,
según me parece,
dicen que amanece.
ANÓNIMO.
-¿Quieres marcharte ya?... Aún no ha despuntado el día... Era el ruiseñor, y no la alondra, lo que hirió el fondo temeroso de tu oído... Todas las noches trina en aquel granero. ¡Créeme, amor mío, era el ruiseñor!
-¡Era la alondra, la mensajera de la mañana, no el ruiseñor!... Mira... amor mío, qué envidiosas franjas de luz ribetean las rasgadas nubes allá en el Oriente... Las candelas de la noche se han extinguido ya, y el día bullicioso asoma de puntillas en la brumosa cima de las montañas... ¡Es preciso que parta y viva, o que me quede y muera!
Romeo y Julieta, WILLIAM SHAKESPEARE.